martes, 14 de julio de 2015

La dicha de vivir en el campo

Las ciudades, diseñadas para ser el entorno que cubre todas nuestras necesidades, llenas de "oportunidades" para cualquier hombre emprendedor y que ofrecen lo que nos hace feliz, lastimosamente es aquí donde todo se acelera; la vida en la ciudad te obliga a consumir y derrochar, adquirir cosas que no necesitas por estar de "moda" y pensar que algo como un árbol o una flor sólo sirven para adornar parques y balcones,  sin percatarnos que las selvas de concreto no son más que un oasis, de esos temporales que con el tiempo desaparecen y tras su ausencia lo único que dejan es un desierto bastó e implacable. 
Nos esclavizamos y damos nuestra vida con el fin de obtener unos cuentos papeles verdes, que al instante vuelven a estar lejos de nuestras manos para obligarnos a repetir el proceso. 

Beneficios de vivir en el campo


  • El respirar aire totalmente puro. En cualquier ciudad, por pequeña que sea, los miles de automóviles y las calles llenas de altísimos edificios hacen que toda la contaminación sea respirada por las personas. Un simple gesto como levantar nuestra vista cuando estamos parados en un semáforo nos dará una idea de lo que hay en nuestros pulmones: ¿a partir de que altura podéis ver persianas más o menos blancas? Seguro que por debajo del 4º o 5º piso las persianas serán negras debido a la polución, imaginaos nuestros pulmones. Las personas que viven en el campo tienen menos problemas respiratorios.
  • Vivir sin prisas. El ambiente frenético de la ciudad nos lleva a caminar y trasladarnos con prisa, aunque no la tengamos, a no saber con quién nos cruzamos y a vivir ajenos a nuestro alrededor. Vivir en el campo disminuye considerablemente nuestro nivel de estrés.
  • Dormir en paz, sin ruidos, ni luces entrando por la ventana. En la ciudad, la actividad nunca se detiene, no hay un momento de paz. En el campo, por la noche dormiremos en total silencio y esto hace que el sueño sea mucho más reparador y descansemos más y mejor.
  • Los espacios abiertos, los paisajes, etc. de las zonas rurales nos invitan a practicar ejercicio. En una ciudad deberemos tener la suerte de vivir cerca de un parque o deberemos desplazarnos a un gimnasio, lo que hace que muchas veces nos resulte demasiado engorroso. En el campo, es mucho más accesible.
  • Nuestra alimentación será mucho más sana y natural, ya sea porque decidimos cultivar nuestras propias frutas y verduras o porque las adquirimos de gente que las cultivan.

También es cierto que podemos encontrar algunos inconvenientes de vivir en el campo, como la lejanía de algunos servicios o comodidades y la mayor dependencia de vehículo propio, pero seguro que todo ello lo compensa la tranquilidad, paz y salud que nos aporta la vida rural.




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